martes, 15 de enero de 2008

toxoplasmosis

Ayer un familiar que vive con un gato me contaba que desde que una amiga suya se ha quedado embarazada ya no pisa su casa. Por lo visto esta chica no ha pasado la toxoplasmosis y le han dicho que no tome carne cruda o poco hecha y que evite el contacto con los gatos. Su reacción es una muestra más del miedo irracional de muchas mujeres a los gatos cuanto están esperando un niño, y que se traduce en miles de abandonos todos los años. Muchas veces causa de una mala información. En otras ocasiones es la excusa perfecta para deshacerse de un animal que ya empezaba a estorbar. En realidad, no hay el más mínimo problema. Gatos y embarazadas son completamente compatibles. Para aquellos casos en los que el problema sea la falta de información, aquí va la explicación: La toxoplasmosis es una zoonosis (enfermedad que los animales pueden transmitir al hombre, o viceversa). Se trata de una enfermedad invisible, que un porcentaje muy elevado de personas padece sin darse cuenta y desarrolla sin mayor problema las defensas necesarias. Los felinos son los únicos animales capaces de liberar las formas del parásito, llamado toxoplasma gondii, que contagian al hombre. No obstante, en la práctica totalidad de los casos el contagio se produce al ingerir los quistes del parásito en la carne poco hecha, verduras mal lavadas, embutidos o huevos crudos. El problema aparece cuando una mujer que no ha pasado antes esa enfermedad y por tanto no tiene anticuerpos queda embarazada, ya que en caso de enfermar el feto tiene un 40% de posibilidades de sufrir malformaciones.
Por eso muchas mujeres, cuando quedan embarazadas, se deshacen de sus mascotas. Algunas veces mal aconsejadas por sus médicos. Algo completamente innecesario. A todas las embarazadas se les hacen las pruebas de la toxoplasmosis si se demuestra que ya ha estado en contacto con el parásito, ya no hay de qué preocuparse. De no ser así, el riesgo de contagio sigue siendo mínimo y basta con seguir unas pocas indicaciones para evitarlo. De lo que realmente debe preocuparse es de comer carne bien hecha y frutas y verduras bien lavadas, que es la principal fuente de contagio. La mayor parte de los gatos caseros nunca en toda su vida adquieren la toxoplasmosis. Lo que suelen contagiarse son aquellos que hacen vida al aire libre y comen carne cruda (cazan ratones y pajarillos). Los gatos que adquieren el parásito solo están en disposición de contagiar durante unas dos semanas a lo largo de toda su vida. Ya sería puntería que coincidiera con el embarazo de su dueña. Los parásitos están en las heces del animal, pero para que sean contagiosos tienen que pasar al menos 24 horas. Bastaría por tanto con recoger a menudo los excrementos de la caja de arena del animal, empleando guantes y lavándose después bien las manos. O más sencillo: dejando que lo haga otra persona. --------------- Los gatos de las fotos son Spider, Kalina y Félix.
Están en adopción en la protectora de Jaca. Si quieres adoptarlos llama al teléfono 636 65 16 00.
fuente: blogs.20minutos.es
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